Se suceden los días y así son ya dos meses desde que estallase el conflicto bélico en tierras de Israel y Palestina. Cuando un muerto debido a la irracionalidad de los pueblos es ya demasiado, decir que son hoy miles los fallecidos duele, y todavía más cuando son niños y niñas.
Como nos pasó cuando estalló la guerra en Ukrania, todavía abierta, no queremos que nuestro portal de Nhorte aquí, con su mirada a cosas de los campamentos, nos haga parecer insensibles a una durísima realidad.
Las guerras no son nunca «otra guerra» más, cada una es un punto final en la línea de nuestra historia común.
Quienes tengan en su mano parar este desastre deben hacerlo ya: eso pedimos.